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El deporte paralímpico existe

Fecha:30 Ene 2023
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Nació, de manera prematura, en un parto quíntuple, del que quedaron tres bebés. Una de ellas era Carla. En la incubadora padeció una retinopatía de prematuridad que la dejó sin visión. Una discapacidad, sí; pero en ningún caso un impedimento. Hoy, si tecleas en Google “Carla Casals”, automáticamente una de las primeras opciones que aparecen en el buscador es “paralímpica”. La competición ha enseñado a la nadadora barcelonesa unos valores que ahora forman parte de su día a día y que, gustosamente, comparte con los demás en sus sesiones de coach y conferencias. 

Es un enorme placer poder hablar con una medallista de chocolate que, a pesar de sus cuartas posiciones, nunca se rindió.

 

“Valentía, pasión, alegría y perseverancia”. Aseguras, Carla, que estas son las 4 patas que te han permitido alcanzar tus metas. Y tus sueños, ¿los has alcanzado?

Diría que sí. Hay sueños realistas -que sabes que vas a poder alcanzar- a los que podemos llamar “metas” y luego están los sueños utópicos… ¡porque soñar es gratis! Son como niveles de sueños: los que te planteas para trabajarlos y conseguirlos y los que se quedan en el aire porque “los sueños, sueños son”.

 

Publicar un libro…

Medallas de chocolate” es uno de estos sueños trabajados y logrados de donde nació, a su vez, otro sueño que ni siquiera me había planteado. Y es que todo lo se recauda con el libro va directamente a la ciencia para favorecer la investigación en los problemas de visión. ¡Un doble sueño!

 

¿Y en el mundo deportivo?

Hay sueños que se han cumplido y otros que se han quedado en el camino y que no han sido como yo esperaba.

 

Aun así, 30 medallas mundiales y europeas te avalan como nadadora paralímpica. 

Efectivamente, pero en los Juegos Paralímpicos siempre he quedado fuera del podio, en la cuarta posición. Eso es lo que da título al libro “Medallas de Chocolate”. Porque así se llaman las medallas simbólicas -no oficiales. que se llevan los deportistas que se hacen con la cuarta posición.

 

“Saber poner límites a lo que ‘no’ y decir ‘sí’ a lo que verdaderamente me importa.

Ese es mi reto.”

 

Estamos a principios de año, un momento de propósitos y retos. ¿Cuál es el tuyo?

Conseguir un equilibrio entre lo que hago, lo que quiero hacer y cómo quiero vivir mi vida. Principalmente, enfocado en el entorno laboral. Tras una situación como la pandemia que hemos atravesado, un histórico basado en el “acumular para cuando lleguen tiempos peores”, y ser emprendedora, que va ligado al “decir a todo que sí”, parecía que no era una buena opción declinar ofertas y proyectos. Ahora mi objetivo es ser feliz con lo que hago, reordenar las tareas y huir de un estrés que siento que no está siendo bueno. 

El entorno no lo pone fácil, pero considero que deberíamos cooperar un poco más entre todos y competir un poco menos.

 

Hablando de competir… 

Siempre he competido contra mi misma, contra una necesidad de demostrar que podía, y que podía más. Durante unos años, me satisfacía la idea de ponerme al límite y todo lo que la envuelve. Después, el trabajo está en salir de ahí y reconstruirte: encontrar quién eres más allá de la deportista que se auto-exigía constantemente.

 

El mundo del deporte es un mundo de tenacidad y también de exigencia… ¿Qué papel juegan las personas más cercanas para que el o la joven persista y “se levante cuando caiga”?

Yo siempre le he dado mucha importancia a la gente que me rodeaba durante mi época deportiva. Para mí, lo importante era compartir ese sueño con todos ellos. Ganara o perdiera, siempre lo intentaba hacer en equipo, a pesar de ser un deporte individual.

El deporte paralímpico existe

Carla Casals, campeonato de Europa, Berlin 2011.

 

Y si nos centramos en la familia…

Es clave su apoyo, su comprensión y el respeto hacia tus decisiones. Sin eso, se vuelve muy difícil sostener tu misma la soledad que implica un deporte de élite. Es un tridente (apoyo, comprensión y respeto) que podríamos trasladar a muchos otros ámbitos, y no solo en el marco de la discapacidad.

 

“El deporte de élite te obliga a tomar decisiones que puede que tu entorno no entienda. Es un aprendizaje que hay que hacer en equipo y yo lo hice con mi familia.”

 

El miedo de ese entorno, especialmente de los padres, puede convertirse en un freno para los y las jóvenes con discapacidad.

Claro, quieren “salvarte”. Les pesa el miedo a que no lo consigas y el dolor que te puede causar ésto, en lugar de confiar en que, sea como sea, habrá un aprendizaje que te permita crecer como persona. Así que, dependiendo de cómo tengan trabajada, los padres, la frustración , el o la joven lo va a vivir de una forma u otra. 

 

Recientemente hablabas en Twitter del ‘respeto’ en el final del partido Francia-Marruecos. ¿Has vivido en tus propias carnes la falta de respeto? ¿Has sentido que eres menos ‘deportista’ por ser paralímpica? 

Totalmente. Ni el apoyo de los medios ni de las instituciones es el mismo. De hecho, en muchas ocasiones, este apoyo depende de cuánto se note tu discapacidad, independientemente del valor que tengas como deportista que es, al fin y al cabo, por lo que te se supone que te están evaluando.

 

“La discapacidad es 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año. No te descargas de ella, y eso te obliga a que todo tu aprendizaje se haga a partir de ella.”

 

“La persona con discapacidad debe hacer doble esfuerzo para demostrar”. ¿Estás conforme con esta afirmación? 

Al 100%. Ahora mismo, estoy en un momento en el que me siento orgullosa de las minorías que alzan la voz y que están teniendo una plataforma más amplia para defender sus derechos. En el caso de la discapacidad, es un doble esfuerzo porque, además de la misma,puedes formar parte de otros muchos colectivos que están en lucha para defenderse: personas racializadas, mujeres, personas con cuerpo no normativo… Más allá de este estigma te atraviesa otro, la discapacidad, ¡y eso es un gran esfuerzo!

 

Un doble esfuerzo, un reto. 

Así es, y al que considero que todavía le queda mucho camino por recorrer. El paternalismo que se esconde detrás de la discapacidad, y la tendencia a infantilizar a la persona con discapacidad, son piedras en el camino a la hora de levantarse con fuerza y alzar la voz.

 

¿Con qué barreras te encuentras en tu día a día, Carla?

Para mí, una de las grandes barreras con las que nos encontramos es el “tratar de negar”. Cuando las personas quieren quitar hierro al asunto con comentarios del tipo “tú lo haces bien”, “puedes con todo”… lo siento como la negación a una realidad, que es la mía. Mi pregunta es: ¿a qué precio lo hago? y ¿con qué esfuerzo lo logro?

Esta situación cansa, porque a mi entender hay cosas muy sencillas que ya deberían estar más que instauradas en nuestro día a día. ¿Cuántas escaleras en espacios públicos cuentan con la rugosidad al final del escalón? Este es tan solo un ejemplo de la falta de accesibilidad.

 

Al principio, hablábamos de valores como la valentía, la pasión, la alegría y la perseverancia pero es muy humano transitar emociones contrarias como la flaqueza, la frustración, la tristeza o la desmotivación. Saber afrontarlas y ofrecer “otro punto de vista” ahora forma parte de tu trabajo. Tu experiencia en el deporte se traslada en coaching deportivo, pero también para empresas y a nivel personal. ¿Podemos vivir nuestro día a día como si fuera una competición deportiva?

Cuando te preparas para una competición deportiva el objetivo es uno, claro y lejano. En el caso de la vida, del día a día, nuestro objetivo es más cercano, más a corto plazo: es ahora.

Las grandes metas nos sirven como inspiración, pero debemos ser muy conscientes que en el día a día podemos cambiar de opinión y de rumbo y no pasa nada.

Para mí, es importante hacer una autoevaluación de uno mismo, cada día, para saber cómo lo voy a afrontar o cómo lo he afrontado. A veces lo harás cansado, otras con pena o alegría… ¡pero siempre tirarás adelante con lo que haya y lo superarás!

 

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