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¿Discapacidad o incapacidad laboral? Te desvelamos las diferencias

Fecha:26 May 2022
Número de comentarios:0
Joven discapacitada en una silla de ruedas delante de un portátil. Esta sonriendo.

Si bien en muchas ocasiones la incapacidad y la discapacidad son conceptos que se confunden y, por lo tanto, se sustituyen, hay que tener claro que no significan ni se refieren a lo mismo. Para poder, a partir de ahora, hablar con propiedad, vamos a detallar a continuación las principales diferencias entre los dos términos.

¿Preparados? ¿Listos? ¡Ya!

 

1: Impedimentos para acceder al entorno laboral 

 

La principal diferencia entre una persona con una incapacidad y una persona con discapacidad recae en el mundo laboral. Mientras que una persona con incapacidad ve modificada mediante resolución legal su posibilidad de seguir haciendo el trabajo que desarrollaba hasta ese momento o ciertas tareas específicas; un joven con discapacidad parte de su libertad individual para llevar a cabo un trabajo en concreto, teniendo en cuenta cualquier variable que afecta la búsqueda activa de empleo como son las habilidades, expectativas, formación, etc. 

Existen dos tipos de incapacidad laboral, dependiendo de la gravedad así como también del alcance temporal de la enfermedad o accidente que haya sufrido el trabajador. 

 

Incapacidad laboral temporal:

Más conocida como “baja laboral”, se trata de la imposibilidad para llevar a cabo el trabajo de forma puntual, con una duración máxima de doce meses (365 días), según está establecido, aunque podría extenderse 180 días más si los facultativos consideran que durante ese periodo se prevé la curación.

Durante la baja o bien el Servicio Público de Salud o la Mutua Colaboradora extenderán los partes de baja, confirmación y alta así como también llevarán a cabo las inspecciones médicas correspondientes para valorar la situación del trabajador. Transcurridos los primeros 365 días de baja por incapacidad temporal, el control del proceso pasará a depender del Instituto Nacional de Salud Pública (INSS).

 

Incapacidad laboral permanente:

Es declarada cuando el empleado ha sido sometido al tratamiento oportuno y, aun así, está incapacitado para llevar a cabo sus funciones con total normalidad. 

Dependiendo de la gravedad de las secuelas fruto de la enfermedad o el accidente, el empleado contará con una incapacidad permanente parcial (seguirá en el mismo puesto aunque con un rendimiento inferior), incapacidad permanente total (no podrá seguir con la profesión que desempeñaba hasta entonces pero sí puede trabajar en otros ámbitos) e incapacidad permanente absoluta (imposibilidad de desarrollar cualquier profesión).

¿Discapacidad o incapacidad laboral? Te desvelamos las diferencias

Joven incapacitada por lesión.

¿Ves? Las incapacidades laborales están vinculadas a un accidente o a una enfermedad concreta.

Si bien es cierto que padecer una discapacidad puede conllevar una incapacidad para desarrollar algunas tareas, no siempre es así. Saber encontrar tu talento y cómo llevarlo a cabo, ¡es el secreto del éxito!

 

2: El día a día 

Cuando se trata del día a día resulta complicado establecer diferencias entre personas con un reconocimiento de incapacidad o discapacidad. Pues estamos hablando de personas distintas todas entre ellas y ambas tendrán condiciones totalmente dispares que, en algunos casos sí y en algunos casos no, limiten o impidan la realización de ciertas tareas.

Así pues, a nivel de cotidianidad la única diferencia viene dada por el organismo que determina la condición legal y las restricciones que ésta implica.

 

3: ¿Quién declara las incapacidades y discapacidades?

Como hemos visto, las incapacidades están completamente vinculadas al entorno laboral por lo que su gestión recae sobre el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) a diferencia de las discapacidades que dependen de los Servicios Sociales de las distintas comunidades autónomas.

 

Dos diferencias y una apreciación:

Aunque una persona con incapacidad no puede llevar a cabo, por mucho que lo desee, la profesión que realizaba hasta el momento, esto puede resultar ser un aliciente para reinventarse en otro campo.

Por otro lado los impedimentos que encuentra alguien con discapacidad son aquellas limitaciones generales del mercado laboral como pueden ser las habilidades requeridas, las expectativas sobre esa vacante, la experiencia…

El ímpetu, el esfuerzo, la tenacidad y la ilusión pueden con todo. ¿El trabajo del resto de la sociedad? Saber trazar ese camino para que su talento llegue a brillar. 

 

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