- Casi la mitad de los jóvenes con discapacidad no finalizan sus estudios
- Tan solo el 17,5% de las personas con discapacidad logran tener estudios superiores
Aunque estudiar pueda llegar a ser un privilegio para algunas personas, cuando la formación y la discapacidad se encuentran sobre un mismo escenario el privilegio se convierte, si cabe, en un concepto todavía más elitista y al alcance de pocos. ¿Por qué? En este caso, los motivos principales que frenan la formación de un joven con discapacidad no recaen en la parte económica. En este post, veremos quién pone esas barreras y qué podemos hacer entre todos para que, los estudios y un futuro más que prometedor, sean la realidad de la gran mayoría de jóvenes, con y sin discapacidad.
Los últimos datos que recoge Odismet -el Observatorio sobre la discapacidad y el mercado de trabajo en España impulsado por la Fundación ONCE- asegura que tan solo el 17,5% de la población activa con discapacidad cuenta con estudios superiores. La gran mayoría, el 61,4%, dejan de estudiar una vez finalizan la Educación Secundaria Obligatoria.
Si volteamos la cabeza y prestamos atención a las personas sin discapacidad que están en el mundo laboral y que cuentan con estudios superiores, el porcentaje se duplica hasta alcanzar el 37,4%.
¿Qué hace que la mayoría de los jóvenes con discapacidad no sigan estudiando? ¿Por qué la tasa de abandono precoz de los estudios entre las personas con discapacidad de 18 a 24 años es del 43,2%?
Falta de oportunidades, falta de información, falta de accesibildad y de confianza, son algunas de las barreras que se encuentran los jóvenes a la hora de poder formarse.
Estamos plenamente convencidos de que las principales razones no son ni la falta de ganas ni la falta de sueños. El 70% de las personas con discapacidad entre los 15 y 64 años, han señalado algún tipo de barrera como el principal motivo para el acceso a la actividades formativas.
Estas son las principales barreras que frenan la continuidad en los estudios de los jóvenes con discapacidad según datos extraídos del mismo informe de ODISMET:
Por un lado, el 50% de las personas con discapacidad que formaron parte del estudio, aseguraron que, la falta de oportunidades y de información, supuso una gran barrera a la hora de proseguir con su formación. Por otro lado, fueron motivos relacionados con la accesibilidad y la confianza, los que más resaltaron las personas encuestadas.
Desde dificultad para llegar al centro formativo, hasta problemas de accesibilidad en el mismo, suponen una barrera para el 20%.
Otro 20% indica que no llevó a cabo los estudios porque sentía que tenía ciertas limitaciones para llevar a cabo las actividades básicas, y un 15% no accedió a la formación por falta de confianza.
Llegados a este punto la pregunta es obligatoria ¿quién es el responsable de no tener una formación secundaria y superior, el joven con discapacidad o el entorno en el que vive?
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