El entorno es, en muchas ocasiones, el encargado de recordar a las personas su discapacidad. Las barreras arquitectónicas y la falta de accesibilidad que existe en muchos diseños, hacen que colegios, centros sanitarios, supermercados, transportes, pueblos, ciudades y países, no estén hechos pensando en todos.
Nada más real que vivir un día con los zapatos de una persona con discapacidad, para darnos cuenta que el entorno en el que vivimos, por mucho que veamos letreros en braille, ascensores en el metro y rampas en el bus, no es tan accesible ni universal como a priori podemos interpretar.
Para darnos cuenta de algunos de los impedimentos con los que se encuentran distintas personas con discapacidad, vamos a contarte 5 cosas que aunque no lo creas, no son accesibles e impiden que una persona con discapacidad pueda hacer vida normal sin que el entorno le recuerde que no cuenta con todas las facultades de forma constante.
Ir al ginecólogo
¿Parece fácil, verdad? Para las mujeres con movilidad reducida resulta toda una odisea ir a la visita rutinaria con el ginecólogo. Ni los aparatos, ni el entorno de una consulta ginecológica acostumbran a estar adaptados para personas con discapacidad física.
¿Imaginas cómo debe ser montarse en esas camillas con elevación de piernas para alguien cuya movilidad es limitada o nula?
Trámites burocráticos
Las administraciones no están preparadas para recibir a una persona con discapacidad intelectual, sensorial o física. La burocracia está escrita, la burocracia se firma, la burocracia se lee… Así que, cualquier persona que no cuente con esas habilidades, queda fuera de poder llevar a cabo trámites por sí misma, dependiendo, en numerosas ocasiones, de la presencia de un tutor legal o acompañante.
Navegación web
Existen, como comentábamos, barreras en el entorno físico, pero también hay problemas de accesibilidad en el entorno web. Son pocas las plataformas que, a día de hoy, apuestan por una interfaz abierta a todo el mundo, en la que personas con discapacidad física, auditiva, visual o cognitiva, puedan navegar sin miedo a hundirse.
Tal es la limitación y la brecha que existe en el entorno online que, según el Observatorio de Accesibilidad Web del 2020-2021, solo el 6% de las páginas de las administraciones públicas españolas cuentan con webs accesibles. ¡Un reto para los profesionales de IT!
Cine y teatro
Aunque algunos cines y salas de teatro cuentan con sistemas de audiodescripción y subtitulación, todavía sigue siendo complicado para una persona con discapacidad sensorial y/o física pueda acceder con normalidad a una sala de cine cualquiera, adquirir una entrada para la película que se le antoje y entrar al patio de butacas.
Porque cada vez que alguien con discapacidad quiere ir al cine, debe mirar si puede acceder con silla de ruedas, por ejemplo; si esa sesión que le va bien se emite para personas con discapacidad visual o auditiva… y un largo etcétera de contras.
¡En la cocina!
¿Cómo distinguir un brik de leche semidesnatada de uno de leche entera si no puedes verlos? ¿Cómo saber si lo que te echas en el café es zumo o leche? ¿Y si la lata que vas a abrir es atún o mejillones?
Sí, el diseño accesible todavía no está implementado en este nivel, y eso implica que las personas con discapacidad sensorial deben apañárselas y buscar soluciones para hacer su día a día en la cocina más llevadero.
Lo mismo ocurre con sistemas como la vitrocerámica o los robots de cocina, que están 100% fabricados para que los utilicen personas con plenas facultades visuales.
Si no cuentas con el sentido de la vista, no puedes seguir las recetas paso a paso que te indica el robot de cocina y mucho menos… ¡Encender y gestionar los fogones con botones táctiles incrustados en una superficie totalmente plana sin quemarse!
¿Quieres enseñar a los tuyos que el mundo no es como muchos lo ven y que detrás de algo tan cotidiano para algunos hay una montaña para otros?
Descárgate la presentación haciendo click y enseña a las personas sin discapacidad cómo el diseño del entorno es el que, a menudo, genera las barreras.