Su discapacidad física era el principal hándicap con el que Enrique García se encontraba cuando era pequeño. Y ya no hablamos de realizar actividades que requieran de ciertas habilidades, como “jugar en un parque o tirarte por un tobogán”; si no también de las habilidades sociales que se adquieren a través de este tipo de ocio. “Porque socializar, cuando tienes una discapacidad, es un poco más complicado”, asegura Enrique en esta entrevista concedida a la Comunidad Por Talento Joven.
Pues bien, en un mundo que no estaba pensado -en aquel entonces- para niños y niñas con discapacidad, Enrique quería jugar a los videojuegos igual que lo hacían sus primos. Un día, ellos le animaron a unirse a “Kingdom Hearts” y, aunque, no las tuviera todas consigo mismo, cogió el mando y automáticamente, asegura, “se adaptó a mis manos y los joystick los utilizó con la barbilla”.
Así fue como empezó la aventura de Enrique en el mundo de la tecnología y los videojuegos. Una historia que le llevó a estudiar informática y programación y, actualmente, a liderar el proyecto Ga11y (Galy) de videojuegos accesibles de Fundación ONCE. Un camino que empezó, como él cuenta, “cuando en la Fundación recibimos un periférico para probar llamado Xbox Adaptive Controller”. Así es como “una de mis aficiones se ha convertido en parte de mi trabajo y eso me llena de alegría. Más que por los videojuegos en sí, porque estamos trabajando con la sociedad joven que son, ni más ni menos, que los adultos del futuro”.
Los videojuegos pueden ser una gran herramienta y un perfecto espacio para concienciar sobre la inclusividad.
“Lo que más me gusta de todo lo que estoy haciendo es saber que trabajamos con jóvenes que serán la sociedad del futuro”
Una de las cuestiones más importantes para Enrique es “la búsqueda de la inclusión y la igualdad de oportunidades para las personas con discapacidad”. Es por ello que se siente realmente afortunado de formar parte de Ga11y, el proyecto de videojuegos accesibles de Fundación ONCE, a través del cual se promueve la formación y la empleabilidad, la accesibilidad (tanto a nivel software y hardware), la sensibilización para personas con o sin discapacidad y, también, se promueven competiciones de e-sports entre influencers sin discapacidad y gamers con discapacidad, con el fin de que en un futuro exista la posibilidad de competición específica para jóvenes con discapacidad. Una línea de trabajo que va en paralelo con los objetivos de eliminar las barreras y apostar por la inclusión que tienen las grandes corporaciones del videojuego.
“Los videojuegos permiten a personas con discapacidad socializar con otras personas y perfeccionar sus soft-skills”
Entre todos los beneficios que nos aporta la tecnología, es importante destacar el elemento socializador que los videojuegos tienen para las personas con discapacidad. Son personas, en su mayoría, con ciertas dificultades para socializar y formar un grupo de amigos. Una barrera que se rompe por completo cuando relacionarse se hace a través de una pantalla. Es así como muchos jóvenes con discapacidad, cuenta Enrique, “logran tener interacción con otras personas a través de los videojuegos”, y adquieren habilidades “blandas” que son imposibles sin el contacto con los demás. Porque, añade “llega un momento que si no interactúas con gente no sabes qué es la amabilidad, el trabajo en equipo, colaborar, luchar por un objetivo común…”. Valores que cada vez más se tienen en cuenta en los procesos de selección. Ya no solo es necesario contar con una buena formación, sino tener habilidades que te permitan trabajar en un equipo y en un proyecto concreto.
Las barreras de accesibilidad en los videojuegos requieren de diseño y dedicación para que acaben por desaparecer. Un claro ejemplo fue TifloInnova, la gran feria de la tecnología adaptada, un punto de encuentro para la innovación y los usuarios con el fin de que éstos logren la plena autonomía. Enrique destaca el enorme papel que tiene, cada vez más, la tecnología, para complementar la vida de las personas con discapacidad visual, en concreto, y con discapacidad, en general. Aunque, asegura que “la tecnología debe seguir avanzando para ofrecer cosas que aún no ofrece” también critica la falta de información sobre la tecnología que ya existe y remarca que es “momento de poner en valor las cosas que ya están en marcha”.
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