María Sánchez Ozamiz tiene 33 años, una severa discapacidad auditiva y una trayectoria profesional brillante. Ha ocupado distintos puestos de relevancia en la administración pública, donde ingresó recién graduada por su vocación de servicio y por «la estabilidad laboral» que ofrece este tipo de empleo. Recuerda que se acaba de convocar la mayor oferta de empleo público.
María, que pertenece al Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado desde 2018, se licenció en Derecho. «Es una carrera muy versátil, con muchísimas salidas y sirve para prácticamente todo», explica.
Su cargo actual es la jefatura de la Unidad de Asistencia Técnica de la Dirección General de la Función Pública. Además de otras tareas de índole jurídica y de coordinación y apoyo.
Su fuerte compromiso con los derechos de las personas con discapacidad l anima a participar como ponente en diversas jornadas, tanto de captación del talento como de diversidad en el empleo de la Administración Pública.
LA ‘YOUTUBER’ DE LA FUNCIÓN PÚBLICA
Pese a que existe el prejuicio de que los implantes cocleares pueden comportar ciertas dificultades en el habla, María es una gran oradora. Por ello, anima a quienes, como ella, tengan discapacidad y vocación de servicio público, a opositar. Para ello ha grabado un vídeo de motivación.
La joven, durante su entrevista en Servimeda
María apenas supera la treintena y es toda una profesional del funcionariado. Trabajó durante un tiempo en el Instituto Nacional de Administración Pública; después en el Museo Nacional de Arte Contemporáneo Reina Sofía y en la Subdirección General de Recursos y Reclamaciones con los Tribunales del Ministerio de Ciencia e Innovación, donde también desempeñó el cargo de subdirectora adjunta de fondos europeos para la ciencia y la innovación.
María destaca la escasa información que circula entre las personas con discapacidad a propósito del empleo público. Se piensa que es algo muy restringido, pero la oferta es muy diversa. «Las opciones son muchas y muy variadas para cualquier persona con discapacidad, independientemente del nivel de titulación que tenga y de las ofertas, bien sean funcionariales o laborales. Por todo ello animo a todos a que nos conozcan y vengan a preguntarnos e informarse», insistió Sánchez Ozamiz.
Con la reciente convocatoria de empleo público, por primera vez la reserva de plazas para personas con discapacidad alcanza el diez por ciento.
«Siempre tuve claro que quería ser funcionaria porque la empresa privada me generaba mucha desconfianza ante el posible despido en cualquier momento o por cualquier razón discriminatoria», comenta María. «Desde pequeñita, supe que tenía que hacer alguna oposición y esas opciones fueron cambiando a lo largo del tiempo».
En un primer momento, quiso ser registradora de la propiedad, pero después se dio cuenta de que quería abordar cuestiones más amplias, más transversales. «Buscaba algo más dinámico y mi vocación de servicio se vio completamente realizada como Administradora Civil del Estado».
ACCESIBILIDAD
La administración pública colabora cada vez más en foros de inclusión social de empleo. «Nos está ayudando muchísimo la ONCE y Cermi para contactar con todos los colectivos; incluso yo misma he ayudado a algunas personas que me han preguntado y he hecho de enlace».
Como miembro de la Comisión Permanente de selección de la AGE, María ha participado en la vigilancia de los exámenes en distintas convocatorias de empleo público, y destaca la evolución de la tecnología al servicio de la discapacidad.
«Por ejemplo, las personas con ceguera disponían de programas informáticos que les hablaban y traducían lo que necesitaban; y al revés, las personas sordas contamos con intérpretes de lenguas de signos graduados, pero también es importante el subtitulado que cada vez está más perfeccionado».
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