La soledad afecta al 11% de las personas con discapacidad
- Los jóvenes son uno de los colectivos más vulnerables
- 30 millones de personas en toda Europa sufren soledad
La RAE (Real Academia Española de la Lengua) describe la soledad como una carencia voluntaria o involuntaria de compañía. Cuando se trata de una soledad forzada y no deseada podríamos decir que es, tal y como lo indica el informe SoledadES “una experiencia personal negativa en la que un individuo tiene la necesidad de comunicarse con otros y percibe carencias en sus relaciones sociales, bien sea porque tiene menos relación de la que le gustaría o porque las relaciones que tiene no le ofrecen el apoyo emocional que desea”.
Personas con discapacidad y soledad
¿Imaginas que estar solo no sea una decisión sino una imposición? Así se sienten con frecuencia 30 millones de personas en Europa. Dato que, en el caso concreto de España y de las personas que padecen algún tipo de discapacidad, se traduce en un porcentaje del 11%. Puede que no sea un dato muy relevante, pero… ¿quisieras ser tú uno de ellos?
La soledad no deseada y el aislamiento social es un problema con cierta complejidad que se ve acentuado cuando se trata de jóvenes y abuelos. Además, las personas con discapacidad, inmigrantes o personas cuidadoras tienden, por la naturaleza de su condición o su situación económica y social, a ser especialmente susceptibles a esa soledad no deseada.
Joven en silla de ruedas trabajando con su padre.
Así lo demuestra el Informe SoledadES impulsado por la Fundación ONCE del que también se desprenden algunos factores que pueden acelerar esa soledad no deseada y que, de la mano de ciertas herramientas, nos pueden ayudar a prevenirla.
Causas de la soledad y aislamiento social
Más allá de factores como la edad, encontramos otras variables que pueden ser causa de esa soledad forzada:
1/ Las personas que viven solas tienen mayor riesgo de padecer esa soledad forzosa en comparación con los que comparten vivienda. También resulta relevante la accesibilidad para interactuar con el exterior.
En este sentido, según el Observatorio de la Discapacidad, el 86% de las personas con discapacidad que viven en zonas rurales encuentran barreras para salir de casa. En zonas urbanas este porcentaje es del 79%. Además, en zonas rurales la oferta de ocio se ve reducida para las personas con algún tipo de discapacidad. Tanto es así que el 90% encuentra barreras para desarrollar un hobby.
2/ La situación de defunción de un ser querido o bien una separación pueden ser el punto de partida hacia esa soledad no deseada. Son eventos vitales que requieren tener las herramientas necesarias para superarlos y que no provoquen una soledad cronificada. En este sentido es importante que un joven con discapacidad cuente con herramientas suficientes para ser independiente y afrontar su vida con total libertad. Un objetivo que, también depende, en gran parte, de su entorno más próximo, como puede ser la familia y las instituciones y profesionales que trabajan con él.
3/ La incidencia de la soledad no deseada en personas con discapacidad así como en aquellas que no disfrutan de una buena salud es superior a la de la población en general. En concreto, 11 de cada 100 personas con discapacidad, no encuentran en su entorno el apoyo emocional que necesitan.
Sentir el acompañamiento de los tuyos es el primer paso para que la soledad no deseada, un problema silencioso que afecta cada vez a más personas en todo el mundo, desaparezca.
Desde aquí, queremos ser un humilde altavoz para frenar este sufrimiento que limita la participación en sociedad, que tiene consecuencias negativas tanto a nivel salud como a nivel bienestar y que, además, conlleva costes sociales y económicos.
Que la sociedad cuente con las herramientas necesarias es trabajo de todos. ¡Invita a tus familiares y amigos a descubrir estas formaciones para que, más pronto que tarde, la inclusión sea más fuerte que la sociedad!