Las personas con discapacidad, en su vida cotidiana se enfrentan a diversos obstáculos directamente relacionados con los apoyos y capacidades para poder llevar una vida plena. El grado de aceptación de las posibles limitaciones ha de ser un trabajo desarrollado, no solo por la persona, si no también por la familia y el entorno, para su plena integración.
Las personas con discapacidad se enfrentan a barreras no solo físicas, si no también sociales, como son el rechazo y la discriminación en diversos ámbitos: social, laboral, formativo, lúdico e incluso afectivo. Son estas barreras las que evitan la participación plena de las personas con discapacidad en la sociedad.
La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad tiene como finalidad asegurar la igualdad plena y efectiva de los derechos de las personas con discapacidad. Fue aprobada en la sede de las Naciones Unidas el 3 de diciembre de 2006 y entró en vigor en España en mayo de 2008.
Abrazo entre una psicóloga y un niño con autismo.
La importancia de esta convención es que define cómo garantizar los derechos humanos de las personas con discapacidad, y por ello, está centrada en asegurar la igualdad y la no discriminación.
Por ello, como psicólogos, es muy importante profundizar en el cambio de actitudes, tanto por parte de la población general, quien suele tener un desconocimiento sobre la discapacidad y sobre cómo tratar a una persona con algún tipo de discapacidad. Así como, hacer visibles, a las personas con discapacidad, las capacidades que poseen para lograr su vida independiente mediante la planificación de apoyos centrados en su persona y su autonomía.
Empoderarse o capacitarse son palabras que tienen un objetivo común: aprender a defender los derechos desde el convencimiento de que todas las personas tenemos los mismos, así como que la discapacidad nunca puede justificar o suponer una forma de discriminación.
El empoderamiento de las personas con discapacidad tiene como objetivo una autodeterminación y la máxima autonomía personal, para ello, debemos promover:
- El reconocimiento de sus competencias.
- Una oferta amplia y diversas de prestaciones, como las económicas, tecnológicas o de servicios poniéndoles en contacto con asociaciones, entidades o servicios de trabajo e integración social.
- Facilitar sus elecciones en base a sus preferencias.
- Crear estrategias específicas a las que puedan recurrir en situaciones que tienen problemas para autodeterminarse debido a afectaciones cognitivas, conductuales o mentales.
- El conocimiento de sus derechos a nivel nacional y a nivel de las Naciones Unidas.
- Compartir experiencias a través de los diferentes espacios y situaciones a las que se puedan enfrentar, bien en grupos de apoyo mutuo o bien en terapias individuales.
Comencemos a empoderar juntos. Únete a la Comunidad Por Talento Joven. Te esperamos.