Aritz Acevedo nació en Pamplona hace 35 años. Tal vez ésto no te diga nada pero sí te suene de algo ‘Moyorz87’. Tiene más de 125.000 seguidores en Twitch y 178.000 en YouTube donde, además de mostrarnos su gran afición por las consolas y los videojuegos, aporta -sin querer pero queriendo- su pequeño grano de arena hacia una sociedad más inclusiva.
“Todo el mundo tiene una discapacidad porque nadie es capaz de hacerlo todo”, asegurabas en una entrevista para El País trastu fichaje para Movistar Riders. ¿Sigues defendiendo esta posición?
A unos se nos nota más y a otros menos, pero si algo es bien cierto, es que no todos podemos hacerlo todo. Yo tengo amigos que hacen triatlones, escalada y locuras varias pero les dices que se pongan delante de un ordenador a hacer lo que yo hago y son incapaces. ¡Cada uno, a lo nuestro!
“El niño que desde pequeño ha vivido la discapacidad de cerca, luego la trata con total normalidad”
Socializar es uno de los handicaps que se pueden esconder detrás de una discapacidad reconocida tanto por el joven que la tiene como por el entorno al que le falta mucha información.
¿Cómo ha sido tu experiencia en la relación con los demás y en la creación de grupos de amigos?
Es totalmente cierto que existe esa convicción de que las personas con discapacidad deberían ir con otras personas con discapacidad. Incluso en mi propia familia -que ha vivido mi discapacidad desde el minuto uno- existe esa creencia. Sin ir más lejos, cuando me eché novia mi tío me preguntó si ella también iba en silla de ruedas. Por lo contrario, cuando voy a buscar a mi prima al colegio, sale corriendo, me da un abrazo y se monta en la silla. Para ella no hay barreras, es todo muy natural.
En cuanto a las amistades, yo soy una persona muy sociable que no me cuesta hablar con nadie. Algo que debo agradecer a mis padres, en gran parte. Desde pequeño he crecido en un entorno “normal”, por decirlo de algún modo. He ido a la escuela que me ha tocado y he convivido con compañeros sin discapacidad. El primer día preguntan, pero el segundo ya lo han asumido. Porque al tener cercanía con alguien diferente, al final lo normalizamos.
Los jóvenes con discapacidad se pueden llegar a sentir más seguros a la hora de socializar en el entorno digital. Un entorno en el que su discapacidad queda en un segundo plano… ¿Fueron así tus inicios?
El mundo de Internet es un arma de doble filo. Tras el anonimato hay mucha toxicidad, por lo que hay que enfrentarse con la mente abierta y con un amor propio bastante elevado.
Aritz Acevedo, ‘Moyorz87’.
Me ocurre con mi voz. Se meten conmigo en un juego online, por ejemplo, diciéndome que tengo voz de pitufo. Mi respuesta es invitarles, amablemente, a que accedan a mi transmisión en directo y me observen… entonces es cuando me ven y se dan cuenta de la repercusión que puede tener lo que han dicho.
Igual que digo una cosa, digo otra: es un enorme placer y orgullo saber que tras ese “anonimato” hay personas a las que sin querer estoy ayudando. ¡A mí dame un ordenador y lo podré todo!
Tu discapacidad es visible y puede ayudar a otros jóvenes a sentirse empoderados para dar el primer paso hacia la relación con los demás. ¿Te consta?
Hay muchos seguidores que me han dicho que gracias a mí han encontrado la motivación para atreverse a hacer determinada cosa. Un caso, por ejemplo, es Brianeitor (con +100.000 suscriptores en YouTube), que tiene una enfermedad degenerativa. Él era seguidor mío en mis inicios y un amigo suyo me contactó. Yo le mandé una camiseta del Barça firmada por mí y le llamé tras una operación complicada a la que se tenía que someter. Poco a poco fue aceptando la enfermedad y la situación y hoy en día se dedica a lo mismo que yo… ¡Qué orgullo!
“La discapacidad ha sido mi compañera de vida y juntos hemos luchado día a día”
Háblanos un poco sobre tu discapacidad y cómo ha sido tu relación con ella a lo largo de tus 35 años.
Mis padres siempre me han inculcado que aunque yo tenga una limitación, si quiero hacer algo, lo intente. Supongo que algo tiene que ver el hecho de que los médicos me dieran tres meses de vida y lleve ya 35 años tocando las narices (se ríe).
La forma que han tenido mis padres de afrontar la enfermedad (huesos de cristal) me ha supuesto muchas caídas, romperme huesos que ni siquiera sabía que existían, pero he hecho lo que he querido y he tenido una vida lo más normal posible dentro de mi realidad.
¿Cómo te ves en unos años?
No tengo ni la más remota idea. He pasado por todas las fases: he estado sin apenas poder bajar a la plaza y he viajado a Nueva York y Dubai. ¿El futuro? ¡Quién sabe! Donde la vida me lleve, pero siempre disfrutando al máximo.